Durante la Segunda Guerra Mundial, Sotnikov (Boris Plotnikov) y Rybak (Vladimir Gostyukhin), dos partisanos soviéticos, viajar a una ciudad de Bielorrusia en busca de alimento. Después de tomar un animal de granja de un líder colaboracionista (Sergei Yakovlev), regresan a su unidad, pero son interceptados por una patrulla alemana. A pesar de que han logrado huir, Sotnikov es golpeado en la pierna por un disparo. Rybak tiene que llevarlo a las pistas cercanas primer refugio localizado, la casa Demchikha (Lyudmila Polyakova), madre de tres hijos. A pesar de todos sus intentos, finalmente son descubiertos y detenidos. Con ellos también se arrastró a la afligida madre. Se trasladan a un campo alemán. Pronto comienzan las torturas cuando se resisten a ser testigo de lo que los alemanes quieren oír.