Sydney Pollack captura meticulosamente grandeza de la arquitectura de Frank Gehry, de su primer trabajo, un granero en California, a los edificios reconocidos entre los más grandes de la era moderna, el Museo Guggenheim de Bilbao y la Cámara de conciertos Walt Disney de Los Ángeles, entre otros. El diálogo entre el realizador y el arquitecto, íntima como dos viejos amigos, fluye en una línea melódica continua durante toda la película. Frank Gehry es uno de los pocos arquitectos admirados por la crítica y el público. Sus obras alteran la noción de separación entre el arte y la arquitectura, pero la fuerte atracción de sus edificios escultóricos no oculta su funcionalidad. Hacer una obra arquitectónica a fondo, una sutil mezcla de visión y revisión perceptible en sus famosos dibujos y en sus modelos. En 1989 fue galardonado con el Pritzker, el más importante premio de arquitectura del mundo. Ese mismo año fue galardonado con la Medalla de Oro del Colegio de Arquitectos de los Estados Unidos. En 2001, el Instituto Real de Arquitectos de Gran Bretaña fue galardonado con la medalla de oro.